DESPELLEJADO VIVO
Este método consiste en arrancarle la piel al condenado mientras está vivo, y muchas veces, a lo largo de la historia, ha sido acompañado por la exposición pública de la piel del desollado, manifestando con ello el poder del Estado y el terror que éste ha aspirado a infundir en los momentos más oscuros de nuestras civilizaciones. El método fue practicado por asirios, egipcios, aztecas, chinos, europeos en la Edad Media, entre otros. E inclusive, tal y como expone el filósofo francés Michael Focault en su obra Vigilar y Castigar, esta atroz forma de ejecución aún persistía en la Francia de comienzos del siglo XVIII.
En cuanto a la forma en que se realizaba, en la Edad Media era usual que se iniciase con un gran corte en forma de T en la espalda, desde el cual el verdugo iba tirando la piel, tratando siempre de hacerlo de un solo tirón y causando la menor hemorragia posible. Esa era la manera más común de desollamiento, pero también se podía ejercer con ayuda de herramientas, como los garfios de hierro, los ganchos con “forma de uña de gato”, las úngulas, los rastrillos, las pinzas de hierro, o inclusive pedazos de vidrio o cerámica rota.
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